miércoles, 6 de febrero de 2013

EL REY DE LA FABA EN OLITE

Olite acogío en Enero la coronación del Rey de la Faba

La iglesia de San Pedro de Olite acogió la 50 edición de la fiesta del Rey de la Faba, en la que fue coronado como nuevo monarca el niño olitense Pablo Mañú Oneca, a quien la suerte del haba le adjudicó este privilegio en otro acto en diciembre.
 Según ha avanzado en una nota la sociedad Muthiko Alaiak, durante toda la jornada hubo actos con escenografía medieval, que empezararon por la mañana con la colocación del mercado.
Ya por la tarde, tras una representación, a las 18,30 horas se dió paso al inicio de la comitiva hacia la iglesia de San Pedro, que fue el lugar en el que el nuevo rey juraró los fueros, recibió la lealtad de su pueblo, y ataviado con la capa, la corona, la espada y el cetro, fue alzado sobre el pavés a los gritos de "Real".
El acto, que se celebra desde hace cincuenta años, tiene su origen en la primera mitad del siglo XIII, cuando el rey Teobaldo I instituyó en Olite esta fiesta en la que en el día de la Epifanía (6 de enero) reunía en su palacio (actual Parador de Olite) a los niños más desfavorecidos, a quienes obsequiaba con una generosa merienda cuyo último plato era un rosco con un haba oculta en su interior.
El niño en cuya porción de rosco estuviera el haba, o faba, recibía durante un día el trato y los honores propios de un rey, por lo que se le denominaba Rey de la Faba.
Durante mucho tiempo se celebró esta fiesta en Olite, aunque se trasladó posteriormente a otras localidades del Reino de Navarra.
En el siglo XX Ignacio Baleztena dio el paso de recuperar esta fiesta que llevaba ya unos siglos extinguida y diseñó una fiesta en la que, como si de una lección de historia se tratase, se fusionaba en un solo acto dos antiguas tradiciones navarras: la del Rey de la Faba, y el ritual de coronación de los reyes de Navarra.
Así, para ello se emplea fielmente el ritual de coronación del rey Carlos III el Noble, que fue quien mandó construir el Palacio Real de Olite, el actual castillo, y quien en 1407 instituyó la Merindad de Olite.
En 1964 se decide dejar de hacer esta fiesta, organizada por el Muthiko Alaiak, a puerta cerrada, y sacarla a la calle, y para esa primera edición se decidió celebrar el acto en Olite, que también la acogió al año siguiente.
Desde que dejó de ser palacio de virreyes era la primera vez que se usaba el castillo para hacer un acto público, aunque en estas cincuenta primeras ediciones ha pasado esta fiesta por un total de 35 localidades navarras.
En esta edición de las Bodas de Oro la fiesta del Rey de la Faba vuelve este sábado a Olite, localidad en la que nace esta tradición, y en la que nace su recreación como fiesta itinerante.
De la misma forma que el pasado 1 de diciembre el acto de elección del nuevo rey se celebró en el mismo espacio físico que se hacía en el siglo XIII, la ceremonia de mañana se va a celebrar en la iglesia de San Pedro, cuyas paredes fueron también testigos excepcionales de las andanzas de los Teobaldos en su corte de Olite.

(FUENTE: DIARIO DE NAVARRA).

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