Recibimiento al Príncipe de Viana
Unas 150 personas recrean el pasaje de la presentación del infante carlos por parte del rey
olite, leire onieva
El desfiles, encabezado por Carlos III, baja detrás del castillo. (Iñaki Porto)
Un pregón leído desde el castillo dio comienzo a las XVIII fiestas medievales de Olite. Este año, con la representación del recibimiento a Doña Blanca de Navarra y su hijo Carlos, príncipe de Viana y heredero al trono, por parte del rey, Carlos III. En total participaron unas 150 personas en la recreación, cien en el cortejo real.
Una multitud de personas llegadas de fuera y vecinos de Olite se acercaron a la plaza Carlos III El Noble para asistir al pregón de fiestas y la presentación del príncipe Carlos.
Dentro del castillo, varios de los participantes de los cortejos del rey Carlos III y de su hija, Doña Blanca de Navarra, se preparaban para tener todo a punto para el momento de comienzo, las 12.00 horas. Por allí se dejaban ver caracterizados el rey Carlos III, plebeyos, caballeros, arqueros, el heraldo del rey, damas, garantes del poder civil, miembros clericales, etcétera. Se notaba alegría en las caras de los olitenses participantes, ataviados con los trajes medievales. El tiempo también acompañaba, aunque el calor acabó pesando en actores y espectadores. "Hoy es un día agradable. Voy a participar en todo lo que se haga. Si no te implicases, no habría nada", afirmó Uxua Martínez, una mujer olitense vestida de dama.
La representación no está cerrada a vecinos de la localidad; también participan en este acto gentes llegadas de fuera. Este es el caso de Fran Schulz, un pamplonés que lleva años interpretando el papel de heraldo del rey, pregonero de las noticias de su majestad y narrador de la representación del recibimiento de Blanca de Navarra, hija del rey. "También soy el que organiza el desfile. Es divertido ser señor de la Edad Media durante dos días. Se vive sensación de felicidad", informó Schulz. A lo que Delfín García, un olitense ataviado con ropajes de rey, añadió: "Como en cualquier otra actuación, sientes nervios e intentas no equivocarte". Pero Delfín no es un novato en esto; cuando empezaron las representaciones interpretó a Carlos, príncipe de Viana, y desde el año pasado a su majestad Carlos III.
El acto
Pregón y recibimiento
A las 11.45 horas, un poco más tarde de lo habitual, se leyó el pregón. Luis Miguel Izuriaga, caracterizado de pregonero como en la era medieval, leyó el manifiesto al son de los tambores. Era la primera vez que le tocaba hacer de voceador y quizá por eso se le notaba excitado: "He sentido una emoción tremenda y nervios". Además, tuvo que improvisarlo días antes porque él no iba a ser el pregonero. " He tenido pocos días para prepararlo, pero para mí es un honor representar este papel", explicó Izuriaga.
A las 12.00 horas, numerosos curiosos esperaban fuera del castillo al cortejo del rey. Algunos con botellas de agua comprada en los diferentes puestos medievales o refrescándose en la fuente de la plaza.
Muchos de los presentes coincidían en que les gustan casi todos los actos de estos dos días. "En general me gusta todo; por eso es la segunda vez que venimos y solemos pasar todo el día aquí", afirmó Juan Manuel, un vecino de Pamplona que llegó acompañado por su familia. Por su parte, Ana, una joven del Valle de Baztan, que era la tercera vez que acudía, expresó que " tenía ganas de venir porque me encanta todo lo relacionado con la Edad Media".
La comitiva del rey se encaminó hacia el escenario, que estaba instalado delante del ayuntamiento. Este año se decidió montar una carpa para proteger a los presentes del sol.
El cortejo de la princesa llegó más tarde de lo habitual porque ésta se retrasó. A la infanta y su marido, don Juan de Aragón, les esperaban los tres estados de Navarra, el nobiliario, el eclesiástico y las buenas villas, con el alcalde. Estos tomaron juramento al futuro príncipe como soberano, y él, por su parte, juró fidelidad y respeto a los Fueros de Navarra.
Después, unos 60 niños de la compañía de ballet, ataviados con los trajes medievales, bailaron diferentes danzas de la época en honor a la princesa Blanca de Navarra. Alguna niña incluso le regaló un ramo de flores.
Para finalizar este acto, los dos cortejos, algunos a caballo, se colocaron en fila para protagonizar el desfile real. Así recorrieron toda la plaza de Carlos III y bajaron por detrás del castillo, llegaron a la plaza de los Teobaldos y volvieron a la plaza donde había empezado el acto.
Las fiestas medievales terminarán hoy. El programa recoge el pregón a las 11.30 horas, la representación del recibimiento a las 12.00 horas, partidas de ajedrez, exhibición de arquería, cuentacuentos, IV campeonato de juego de cartas, partida de ajedrez... El paseo de antorchas y bailes de esa época pondrán fin a estas fiestas que siguen siendo un excelente reclamo para acudir a Olite.
Una multitud de personas llegadas de fuera y vecinos de Olite se acercaron a la plaza Carlos III El Noble para asistir al pregón de fiestas y la presentación del príncipe Carlos.
Dentro del castillo, varios de los participantes de los cortejos del rey Carlos III y de su hija, Doña Blanca de Navarra, se preparaban para tener todo a punto para el momento de comienzo, las 12.00 horas. Por allí se dejaban ver caracterizados el rey Carlos III, plebeyos, caballeros, arqueros, el heraldo del rey, damas, garantes del poder civil, miembros clericales, etcétera. Se notaba alegría en las caras de los olitenses participantes, ataviados con los trajes medievales. El tiempo también acompañaba, aunque el calor acabó pesando en actores y espectadores. "Hoy es un día agradable. Voy a participar en todo lo que se haga. Si no te implicases, no habría nada", afirmó Uxua Martínez, una mujer olitense vestida de dama.
La representación no está cerrada a vecinos de la localidad; también participan en este acto gentes llegadas de fuera. Este es el caso de Fran Schulz, un pamplonés que lleva años interpretando el papel de heraldo del rey, pregonero de las noticias de su majestad y narrador de la representación del recibimiento de Blanca de Navarra, hija del rey. "También soy el que organiza el desfile. Es divertido ser señor de la Edad Media durante dos días. Se vive sensación de felicidad", informó Schulz. A lo que Delfín García, un olitense ataviado con ropajes de rey, añadió: "Como en cualquier otra actuación, sientes nervios e intentas no equivocarte". Pero Delfín no es un novato en esto; cuando empezaron las representaciones interpretó a Carlos, príncipe de Viana, y desde el año pasado a su majestad Carlos III.
El acto
Pregón y recibimiento
A las 11.45 horas, un poco más tarde de lo habitual, se leyó el pregón. Luis Miguel Izuriaga, caracterizado de pregonero como en la era medieval, leyó el manifiesto al son de los tambores. Era la primera vez que le tocaba hacer de voceador y quizá por eso se le notaba excitado: "He sentido una emoción tremenda y nervios". Además, tuvo que improvisarlo días antes porque él no iba a ser el pregonero. " He tenido pocos días para prepararlo, pero para mí es un honor representar este papel", explicó Izuriaga.
A las 12.00 horas, numerosos curiosos esperaban fuera del castillo al cortejo del rey. Algunos con botellas de agua comprada en los diferentes puestos medievales o refrescándose en la fuente de la plaza.
Muchos de los presentes coincidían en que les gustan casi todos los actos de estos dos días. "En general me gusta todo; por eso es la segunda vez que venimos y solemos pasar todo el día aquí", afirmó Juan Manuel, un vecino de Pamplona que llegó acompañado por su familia. Por su parte, Ana, una joven del Valle de Baztan, que era la tercera vez que acudía, expresó que " tenía ganas de venir porque me encanta todo lo relacionado con la Edad Media".
La comitiva del rey se encaminó hacia el escenario, que estaba instalado delante del ayuntamiento. Este año se decidió montar una carpa para proteger a los presentes del sol.
El cortejo de la princesa llegó más tarde de lo habitual porque ésta se retrasó. A la infanta y su marido, don Juan de Aragón, les esperaban los tres estados de Navarra, el nobiliario, el eclesiástico y las buenas villas, con el alcalde. Estos tomaron juramento al futuro príncipe como soberano, y él, por su parte, juró fidelidad y respeto a los Fueros de Navarra.
Después, unos 60 niños de la compañía de ballet, ataviados con los trajes medievales, bailaron diferentes danzas de la época en honor a la princesa Blanca de Navarra. Alguna niña incluso le regaló un ramo de flores.
Para finalizar este acto, los dos cortejos, algunos a caballo, se colocaron en fila para protagonizar el desfile real. Así recorrieron toda la plaza de Carlos III y bajaron por detrás del castillo, llegaron a la plaza de los Teobaldos y volvieron a la plaza donde había empezado el acto.
Las fiestas medievales terminarán hoy. El programa recoge el pregón a las 11.30 horas, la representación del recibimiento a las 12.00 horas, partidas de ajedrez, exhibición de arquería, cuentacuentos, IV campeonato de juego de cartas, partida de ajedrez... El paseo de antorchas y bailes de esa época pondrán fin a estas fiestas que siguen siendo un excelente reclamo para acudir a Olite.
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